Generalmente, las personas piensan que tras un cáncer, tras
esa experiencia traumática para el ser humano en la que se pone en juego la
vida de una persona, abrimos los ojos y
dejamos de lado aquellos hábitos que muchas veces nos han llevado o han
colaborado a crear esta situación.
Desgraciadamente esto no es así, pero ¿Quién tiene más
riesgo de volver a caer en el hábito tabáquico? Y aún más importante ¿Qué
consecuencias puede tener?
Un nuevo estudio, de
J. Lee Westmass ha seguido a un grupo de pacientes supervivientes al cáncer
durante 9 años y ha llegado a la conclusión, de que una gran cantidad de ellos continúa fumando, y que eso, provoca la
aparición de cáncer, tanto primario como secundario.
En este estudio, dentro de la población de supervivientes, un 9.3% eran fumadores de 14.7 cigarrillos
por día, y se relaciono con una mayor prevalencia de cáncer de vejiga, pulmón y
ovario.
Además, los fumadores
poseían varias características comunes como bajo nivel de estudio y de
ingresos, gran consumo de alcohol y corta edad.
Y curiosamente, aquellos
casados, mayores y que fumaban más, fueron los que menos éxito tuvieron dejando
el tabaco.
A la vista de este estudio, podemos concluir que el hecho de
haber sufrido un cáncer no es garantía
para que se produzca una cambio en los hábitos de los pacientes.
Gracias a las variables mencionadas antes, es más fácil predecir
quien tiene más riesgo de recaer y poder orientar los diferentes tipos de ayuda
que se pueden ofrecer.
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